El que China está inundando el mercado con vehículos eléctricos no es novedad, ya que la capacidad actual de producción es el doble de lo que puede consumir su mercado local, por lo que están prácticamente obligados a exportar producción (porque de detenerse ni hablar, los subsidios a la producción no se van a cancelar, pero eso es tema para otro artículo). Esto ya tiene en alerta a los principales mercados productores, que están tomando medidas para protegerse.
En la Unión Europea se está discutiendo cual será el aumento a los aranceles de autos eléctricos chinos, ya que por costos de producción claramente no pueden competir. EEUU estaba haciendo lo mismo, pero la administración de Biden fue un paso más allá (en realidad se saltó un par de cuadras) y de golpe y porrazo cuadruplicó el arancel a los autos eléctricos fabricados en China, pasando de un 25% actual a un 100%.
Otros elementos también aumentaron sus aranceles, como los paneles solares, que pasaron de un 25% a un 50%, mismo incremento que tendrán los semiconductores a partir del próximo año. Incluso las baterías para autos eléctricos pasaron de un 7,5% a un 25%, lo que afectará también a los autos fabricados en EEUU con proveedores de baterías chinos.
Todo esto se enmarca en el ambiente de elecciones en EEUU, donde pronto Biden se enfrentará nuevamente con Donald Trump, y según las encuestas el mandatario actual tiene las de perder estas elecciones. Hablando de Trump, recordemos que durante su mandato también aplicó aranceles a productos chinos para proteger la industria local, lo que derivó en una «guerra» arancelaria que finalmente afectó a todos los mercados.
